lunes, 6 de octubre de 2014

Violencia juvenil

UNA RED QUE SURGE A PARTIR DE LA MUERTE DE UN PIBE



En los últimos ocho años en la ciudad de Viedma 16 jóvenes perdieron la vida en situaciones violentas, accidentes, gatillo fácil y  peleas entre ellos. Esto sucedió entre los barrios Lavalle, Mi Bandera, Nehuén, 30 de marzo, 22 de Abril y Loteo Silva. Para tratar los temas de violencia que se vieron reflejados en este sector de la ciudad, en  el año 2006 surge la red en el centro de salud " Mi Bandera", como una alternativa para tratar los temas de violencia y todo fue a raíz de la muerte de un adolescente por parte de otro adolescente, una pelea de barras, que género una gran conmoción en el barrio. 

Esta salita que atiende a 17.000 habitantes, casi un cuarto de la población de la capital de Rio Negro, no cuenta con la capacidad para atender la total demanda que se hace por parte de los vecinos, y la falta de repuestas por parte del estado,  hace que esta situación se agrave.

Frente a esto charlo con nosotros, Ailin Gallo de 28 años de edad,  trabajadora social, desde hace 2 años y medios se dedica a ser residente en el Centro de Salud del barrio, de la ciudad de Viedma. Además, forma parte de la RED y nos cuenta como esta agrupación  trata de planificar y articular soluciones a estos problemas a partir de ideas en común que se proponen solucionar estos conflictos que nos preocupa a todos.  

¿Cuál es el mayor problema por el que atraviesa el centro de salud en la actualidad?

Uno de los mayores problemas que tenemos es el espacio  para poder pensar otro tipo de atención, poder otorgar más turnos, pensar actividades grupales. Las demandas son de distinto tipo y dependen de las distintas estaciones del año, tienen  una población de niños muy grande y en invierno hay muchas enfermedades respiratorias, así como en verano aparecen casos de diarrea. Hay muchos embarazos de riesgo, por suerte ahora hay ginecólogos y obstetras, antes no lo tenían.
De esta forma, de la población joven y adolescente es muy difícil que se pueda tener un seguimiento de atención por eso se hacen visitas domiciliarias para esto el Centro de Salud cuenta únicamente con dos agentes sanitarios, lo que dificulta mucho esta tarea.
En tal sentido,  trabajan muchísimo en Red es así que  en el barrio se constituyó una Red que tiene participación de muchas instituciones y se constituyó por la muerte violenta de un joven. Desde ese momento a la fecha hemos contabilizado 15 muertes violentas en el barrio. En este caso fue una muerte entre bandas, que después constituyó en una represión de la Policía a los jóvenes del barrio. 

Pero también hubo muchos casos, como los de Atahualpa Martínez y casos que se suponen de gatillo fácil, con mucha impunidad. Después accidentes de transito, muertes entre bandas, nosotros consideramos también muertes violentas cuando tienen que ver con el consumo y los suicidios, muertes que tienen que ver con causas externas que no deberían existir en esas franjas etarias.

¿Participa alguna institución dentro de la red?

Y las instituciones que vienen participando en la Red son el Centro de Salud, el CADEN, hay participación del obispado, Promoción Familiar, las escuelas primarias y secundarias, el programa ECOS, la fundación Creando Futuro, la fundación SI, esas son las instituciones que participan con mayor frecuencia, después existen otras. Cuando las reuniones eran dentro de la Junta Vecinal, también participaba la Junta Vecinal, eso en los últimos años no se pudo sostener. Cuando hay días especiales, por ejemplo por el festejo del día del niño participaron la fundación SI, la Universidad del Comahue participa siempre sin ser una organización estatal. 

 ¿Cuáles son los principales problemas de violencia que surgen?

En torno a la violencia hay una demanda muy fuerte en las instituciones educativas, entendiendo que hay muchos casos que se dan ahí y genera mucho ruido dentro de la función educativa. De alguna manera, cuando participaba la comisaría del barrio en las reuniones se tocaba mucho el tema de la violencia de género. Pero el tema principal, de hecho hicimos relevamientos con los vecinos del barrio para saber cuál era la visión que tenían, ellos entienden que la violencia callejera y entre jóvenes es la problemática principal.
Siempre la plantean asociado al consumo y nosotros que trabajamos en eso nos damos cuenta que no siempre se asocia al consumo. Y también hay mucha violencia institucional, eso lo vemos a partir del relato de los jóvenes, esto de encontrarnos en la salita del barrio o haciendo visitas domiciliarias, nos plantean que la Policía los maltrata verbalmente.

 ¿Cómo actúan frente a una situación de violencia? 

Los casos de violencia de las personas del barrio con el personal yo nunca los he vivido. El hecho de que no tengamos espacios físicos o consultorios, por ejemplo de patología de niños sanos, genera un malestar que lo trabajamos en equipos, eso también es violencia.
En casos por ejemplo de violencia de género lo trabajamos con la persona cuando se constata y aparece en el consultorio, llamamos a Servicio Social y el Servicio de Salud Mental, se trabaja mucho con la unidad de violencia que está en el hospital y si la persona está dispuesta se hace la denuncia. En los casos de abuso o sospecha de abuso a un niño, tenemos la obligación de informarlo porque es un delito público, ya no es del ámbito privado.
Se hace un seguimiento del caso en la familia, desde la unidad de violencia o el Servicio de Salud Mental. Pero como la unidad de violencia es la que trabaja esto, mayormente, muchos vecinos se pierden en el camino, estamos hablando de 50 cuadras de diferencia y no tienen los recursos económicos necesarios para salir. Muchas veces desde el servicio de Salud Mental y la salita se trata de acompañar en esos casos, porque no van a venir a la unidad de violencia. Si bien genera mucho más demanda y no tenemos los recursos necesarios, muchas veces uno lo trabaja.
 Lo ideal sería que la unidad de violencia tenga más personal y trabaja de forma más descentralizada. Una persona que vive en estos barrios tiene menores recursos que los de otros sectores de Viedma y esto es una vulneración de los derechos que ya tienen, una situación de abuso es mucho más difícil tratar en una persona que vive en el 30 de marzo antes que una persona que vive en Santa Clara. Si bien el hecho ya ocurrió, para defenderse institucionalmente, es mucho más difícil allá.


¿Qué cambios se evidencian en las situaciones de violencia en el barrio y cómo impacta el trabajo que ustedes vienen realizando?

Es difícil evaluarlo, en el poco tiempo  que hace que estoy, creo que ha menguado un poco a cuando empecé a laburar en el barrio, esto tiene que ver a algunas políticas públicas o programas de desarrollo que se han establecido como por ejemplo el ECOS que era bastante importante, la RED también este año ha tenido un funcionamiento, en comparación a los otros años en los que yo estuve mucho mayor por esto, por la participación de otras instituciones y después el trabajo puntual que si les puedo decir, que hemos hecho desde la residencia, ha habido un cambio muy grande en el grupo, el hecho de poder empezar a ponerle palabra a ciertas situaciones que viven los jóvenes en el barrio, y construir identidades desde otra perspectivas más positivas genera un cambio, el hecho de que haya hoy en día programas más recreativos genera también un cambio. El año pasado participa también la comisaria de la red, un comisario con una perspectiva de trabajo interinstitucional muy interesante, que después bueno fue retirado de esa función y me llamo la atención porque jóvenes del barrio que participaban de la red del ECOS planteaban que la relación con la policía también se modificaba, creo y apuesto a ese tipo de intervenciones, en la escuela o en algunos territorios empezar a ponerle palabra a ciertos hechos. Este año tuvimos la muerte de un joven con dos chicos intoxicados con alcohol, en una pelea en una riña y nos encontramos en poder acompañar a los familiares en el proceso de pedido de justicia por ejemplo, no es una tarea directamente asociada a la salud pero poder acompañar a esas familias, poder hablar, poder contenerlas por lo menos participar de las actividades que se proponen y plantar una postura me parece que es esencial y después entender también que lo que nosotros queríamos también plantear en todos lados,  que violencia no es solamente a física o verbal, sino que también es violencia las condiciones de vida con la que nos encontramos todos los días, el hecho que gran parte de la población del barrio 30 de marzo tiene letrinas los chicos viven en condiciones terribles o que hay una gran población que vive en casillas con piso de tierra, que no tengan ingresos que no hay trabajo eso es una situación de violencia cotidiana que esta invisibilidad eso desde la red tratamos de denunciarlo muchísimas veces, con poca suerte en relación a como los medios de comunicación lo trae, siempre los mismos medios de comunicación que no son los más masivos.



Muchas gracias Ailin!

  

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